La vida no es vida si no se comparte, por eso quiero regalarle a todo aquel que quiera este pedacito de mi mundo, porque a vuestro lado quiero darle color a mis sueños y de algún modo ayudar a pintar los vuestros...

Tengo que daros una noticia.

Soy rica.
Este año me tocó la lotería.
Pero fue una lotería diferente, no tuve que rellenar ningún papel con cruces, ni elegir números de la suerte, solo tuve que tener paciencia durante un tiempo, arriesgarlo todo y no perder la fe …
El premio no fue un cheque con un determinado valor numérico, ni uno de esos coches con GPS y manos libres incluido,
ni siquiera un yate de lujo...
fue algo mejor, la oportunidad de vivir y estudiar en un colegio salesiano, un chalet con muchas habitaciones, piscina y césped; también dispone de amplios patios, que guardan incontables momentos maravillosos allí vividos, y lo mejor de todo, compartido entre muchos hermanos y padres dispuestos a estar siempre a tu lado.
Ahora esa es mi casa, el colegio salesiano de Antequera, un lugar donde tus sueños se hacen realidad, y no pienses que para eso hace falta una varita mágica y un mago, solo consiste en estar allí día a día y tu vida será un poco mas feliz.
Es tan grande lo que estoy viviendo allí …
Ahora tengo una familia aún mas grande y valiosa.
Cada día es diferente, cada mirada es un mundo nuevo por explorar, cada niño
es un pequeño duende con una historia diferente a sus espaldas, pero que
aún así, nunca pierde la sonrisa.
Podría darle las gracias a muchas personas, pero porque perder tiempo en escribir nombres si solo se resume en uno …
Dios, el esta en todas esas personas que estan haciendo posible esto, gracias.

¿Una princesa?

Yo no quiero ser princesa, quiero ser lo que soy, una niña sencilla y corriente, sin protocolos ni guardaespaldas, ni paparazzis persiguiendo cada rincón de mi intimidad para convertirlo en una noticia mundial, y lo peor de todo, manipulada a su antojo...
No quiero un castillo grande y lujoso, quiero una casita humilde y acogedora.
No quiero bonitos vestidos de volantes, ni diademas para adornar mi cabello, quiero un disfraz de payaso que haga sonreír.

¿Y tú? ¿por qué quieres ser princesa?

Una dura batalla.

Verónica, una chica sencilla, corriente y con una personalidad bastante fuerte hasta el momento, acababa de cumplir la mayoría de edad y siempre utilizaba esta frase: quien me quiera, que lo haga por lo que soy y no por lo que podría ser.
Todos sus amigos admiraban aquella valentía, esa fuerza de voluntad y esas ganas de alcanzar sus metas, superando todo lo que se viniera encima.
Era una muchacha muy optimista, tenia un cuerpo normal, rellenita, pero ágil, su pelo era largo y rizado y sus ojos marrones, no muy oscuros, mas bien claritos.
Ella era feliz, una buena familia, unas notas, no de sobresaliente, pero buenas y una pandilla con la que salia y compartía todo.
Un día llego un chavalito nuevo al grupo, se llamaba Alfredo; guapo, simpático y un poco tímido al principio.
Verónica no se fijo mucho en él, ya que, no era el típico niño llamativo, pero pasado el tiempo empezó a conocerlo, primero se hicieron muy amigos, fue una de esas amistades inseparables donde con una mirada eres capaz de saber todo lo que te quiere decir la otra persona.
Todo siguió su marcha y Verónica sin darse cuenta empezó a sentir algo mas fuerte de lo que llamamos amistad, un cosquilleo inevitable le entraba cada vez que se cruzaban sus miradas, cada sonrisa era para ella un motivo de suspiro.
Ellos se lo contaban todo, tenían una confianza ciega, pondrían la mano en el fuego el uno por el otro.
Verónica lo pensó, tenia miedo, pero como os he contado antes era decidida y atrevida, así que un día se decidió a contarle todo, a confesarle aquello tan grande que llevaba dentro desde hacía un tiempo, entonces le mando un mensaje diciéndole: "Ns vms a ls 19:00 en el parq de al lado d tu casa n tards bss"
Allí estaba ella, con su mejor vestido, un día de primavera donde todo parecía estar a su favor, llegó Alfredo, se saludaron y comenzaron a hablar, entonces de repente y sin esperarlo, la verdad le jugó a Verónica una mala pasada y la confianza se convirtió en un puñal directo al corazón. Alfredo se había colado de Naila, una chica nueva en el barrio, de pelo largo, negro como el carbón, unos ojos azules que se confundian con el hermoso cielo y por supuesto delgada y alta, como una princesa sacada de un cuento.
Alfredo le pidió a su mejor amiga, Verónica, que si le ayudaba en su conquista, ella lo abrazo y creó una falsa ilusión y entusiasmo por ayudarle, Alfredo, ausente de todo, siguió contando...
Pasadas unas horas, Verónica, llegó a casa y se encerró en su pequeño mundo, al que llamaba habitación, entonces ocurrió, sus mejillas se inundaron como mares a causa de sus lágrimas.
En ese momento se levantó, se miró al espejo y su vida cambió para siempre, culpó a su físico de todo y lo convirtió en su peor enemigo, al que por su puesto, quería hacer desaparecer.
Dejó de ser esa niña optimista y positiva para convertirse en la muchacha mas infeliz del mundo, dejó de salir, de sonreirle a la vida, y lo peor de todo, de alimentarse, dejó de comer, se provocaba vómitos y esto la sumergió en una gran depresión, sus mas bellos sueños se habían deshecho para convertirse en una obsesión por ser una de esas mujeres que aparecen en las revistas, retocadas por photoshop, pero solo consiguió frustración y melancolía.
Nadie lo entendía, todos querían ayudarla pero ella nunca se dejó, al parecer su humor cambió y ya nada le importaba, ni siquiera Alfredo consiguió que le contara y a pesar de llevarla a médicos y de tener el apoyo de todos, Verónica no pudo superarlo, era como si la tierra se la hubiera tragado, y la anorexia acabó con su vida sin remedió alguno.
Verónica murió, todos sabían que fue por una batalla perdida contra la anorexia y sus complejos, pero nadie nunca supo que todo empezó aquel día delante de su reflejo y por un amor que creía imposible, pero algo que si sabían todos sus amigos, era que Alfredo había inventado ese falso amor por Naila, para olvidar algo mas que una amistad con Verónica, por miedo a romper la relación tan bonita que existía, pensando que siempre seria un amor imposible.







Si Verónica hubiera confiado en alguien, si hubiera salido de su pequeño mundo para abrirse al exterior, quizás esta pequeña historia tendría hoy un final feliz, un nuevo amor y una guerra más ganada a la anorexia y los complejos.

No hagas de la soledad una amiga, porque tú no estas solo, parate y observa a tu alrededor tan solo un instante, descubrirás que hay muchos brazos que buscan alguien a quien abrazar y alomejor a ti te hace farta un simple y caluroso abrazo para devolver la ilusión perdida.

SASTRE DE SONRISAS

...si tengo algo que hacer, alguien que me ama y a quien amar
el resto de las cosas pueden esperar siempre,
las pequeñas alegrías ni se alquilan ni se venden
algo que no entiende la gran mayoría...

...Y es que me encuentro tan bien
que las facturas solo son números en el papel,
y es que me encuentro tan bien
que los problemas solo son acciones sin resolver,
y es que me encuentro tan bien
que las peleas de pareja llevan luego al placer,
y es que me encuentro tan bien
que vivo el día a día y no el mañana de ayer...

...Disfruta que la vida son tres días y vamos por el segundo,
dibuja una sonrisa para el mundo,
divisa la alegría de la gente y comprende
que si algo duele nada es para siempre ...

...que si se acercan tiempos de tormenta y vienen nubes negras
no te hundas; aprende a bailar bajo la lluvia...



Vive cada minuto, cada segundo, cada instante de tu vida...
No esperes un gran milagro, ni esperes que de un dia para otro todo cambie y el mundo vaya siempre a tu favor, porque posiblemente te quedes esperando y solo consigas frustrarte aún mas...
valora cada detalle, una sonrisa, una caricia, y un ¿qué tal?; porque los detalles mas pequeños pueden ser los mas grandes en la vida...
No olvides que tú vida es el reflejo de tus acciones, asique te sonreira siempre que tu le sonrias...

VIVE Y SE FELIZ